23/   12   /   2019

El proyecto surge a partir del deseo de los residentes de darle un nuevo aspecto y caracterización al acceso del condominio, renovando su imagen y optimizando los flujos tanto vehicular como peatonal, además del control los mismos.

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El espacio en donde se encontraba la antigua portería, conforma un lote de apenas 13 metros de ancho que conecta la vía principal de acceso y el interior del conjunto, mediante un recorrido de casi 300 metros lineales. Este espacio es el punto de control general y el punto de referencia del conjunto, por lo cual era imperativo el diseño de un elemento que se convirtiera en un hito o punto de referencia para los visitantes. 

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Uno de los retos mas relevantes del diseño, radicaba en la optimización de los flujos en el ancho reducido del lote, por lo cual se estudiaron varias opciones de dos y tres accesos con sus fortalezas y debilidades, dando como resultado la implementación de dos accesos en el edificio, condensando los flujos vehiculares y peatonales propios de un conjunto residencial campestre.

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La forma del edificio responde a un análisis de funcionalidad, condensando las actividades en un solo volumen que separa las dos vías de acceso y salida del conjunto, y conduce el recorrido de las personas de a pie por medio de la barra que desemboca, después de un punto de control, en una sala de espera compuesta de grandes ventanales y aperturas cenitales que permiten una relación mas intima del visitante con el entorno natural, mediante la expresión sutil del aire, la luz y lo "verde" del paisaje circundante.

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